Caligrafiamos las invitaciones, los sobres, los "seating" de los comensales en las mesas...
Cuando pasan los años, las fotos impresas y pegadas en los álbumes clásicos constituyen el recuerdo que perdura durante generaciones.
Los libros de firmas son la mejor forma de recordar la ceremonia y los testigos. Se puede añadir en caligrafía el nombre de los novios y el lugar de la boda.